NARCE
Valle del Treja - LAZIO

Invisibles músicos escondidos en el verde, que amalgamarán la orquestración del zumbido de los abejones o el susurrar de las hojas con intervalos imperceptiblemente humanos en el ritmo de la naturaleza. En efecto , en la intención de Maioli la interacción de las partes ( hombre-naturaleza ), tiene que ser armoniosa. El recorrido a pie para alcanzar la gran roca de Narce en el Valle del Treja ha sido elegido porque ya ha sido integrado en las sendas de visita al parque, y en el lugar del concierto no nidifican o viven animales y plantas raras.
Con el mismo criterio han sido elegidos los otros lugares en Italia dónde se desplazará la gira de música prehistórica, programada para los próximos meses.
Sólo así, quizás, el espíritu del pantano consentirá de volar entre las sonajeras de hojas y los espíritus bailarán al silbido de la flauta en hueso de águila. Y la naturaleza despertará sus voces para contar fàbulas antiguas, describiendo paisajes olvidados al alba del mundo. Cuando hasta las cuevas cantaban historias y el mar suspiraba de amor en las conchas.

Rosella Battisti
L'UNITA', 26 luglio 1991

Unas 500 personas han coronado el éxito de la sexta edición de <<Historia leyenda>>, que este año se ocupó de las palafìtas y del biotipo de Fiavè, asistiendo a un original concierto de músicas prehistóricas y de los orígenes.
En un contexto de cuento del bosque cerca de las palafìtas, entre antorchas encendidas y humos de incienso, han sido tocadas flautas de caña, huesos de águila, percusiones primitivas, silbatos de piedra, conchas de llamada, piedras de río, rombos volantes, etcétera.
El centenar de singularísimos instrumentos musicales literalmente han capturado la atención del público: único lunar el concierto quizás demasiado breve.Viene seguida por la proyección de la película <<La guerra del fuego>> de J.J Annaud, que ha sido aún más estimada en un contexto como este y que en algunas escenas se reconocìa una máscara parecida a aquella usada por el Art of Primitive Sound en una danza.
En fin, un sutìl hilo ha recorrido las dos noches, creando un halo de misterio y curiosidad que no poco han incidido en el éxito de la manifestación que sigue también sorprendiendo a los más atentos espectadores en un panorama cultural de valle verdaderamente no entre los más estimulantes.

ALTO ADIGE, 11 agosto 1991